LA AMISTAD

Según nuestra lengua en la Real Academia Española (RAE) la palabra “AMISTAD” se deriva del latín vulgar  *amicĭtas, -ātis,  del latín  amīcus 'amigo'. Que significa afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona que nace y se fortalece con el trato. Otra acepción es: Relación de afecto, simpatía y confianza que se establece entre personas que no son familia.
También se dice que son “AMISTADES ” aquellas personas que no son familia. Esta última acepción me cause gracia pues toda mi vida use como postulado aquello que dice:_” las amistades uno las elige pero la familia viene sola”_.
En la soledad, los malos tiempos de escases y precariedad que estoy viviendo este fin de semana he estado meditando acerca de la amistad y todo aquello que concierne a la misma. Como seres gregarios que somos nuestra naturaleza siempre es proclive a compartir nuestra vida cotidiana, sucesos, hechos sean felices o desventurados con personas que se encuentran a nuestro alrededor: escuela, colegio, universidad, milicia, trabajo o sea cual fuere nuestra actividad. Algunas personas son mas reservadas que otras y hay quienes son oreja y las que son pura lengua. Los años, las vivencias, las circunstancias, los golpes contra la pared, las metidas de pata (embarradas) alegrías o tristezas nos van curtiendo de alguna manera nuestro corazón y por ende nuestra forma de ser y actuar frente a los terceros.
Cuando estamos en edad escolar pareciera que todos son amigos y a medida que vamos creciendo nos convertimos en seres más selectivos: ya pensamos dos veces a quien elegimos para sentarnos, con quien charlar o contarle nuestras cuitas y según van pasando los años cada vez tenemos más requisitos para tener un “AMIGO”; ya no cualquiera cumple con nuestra exigente quisquillosidad de compartir nuestro tiempo y espacio. Cuando nos damos cuenta el bagaje de los años se nos vino de repente y muchas veces nos damos cuenta lo sólo que estamos. Los que tuvimos la circunstancia de quedarnos solos y vivir sin compañía sabemos a lo que estoy refiriéndome.
No es bueno que el hombre esté solo” nos anuncia La Biblia cuando Dios le dice a su contraparte de la Trinidad en Génesis 2:18. Haciéndome eco de las palabras de nuestro Creador son no pocos los que con tal de no estar solos se arriman al primero que les toca en turno; ojo con esa actitud pues el dicho popular también nos dice:_”buey solo bien se lame”_ lo que se interpretaría que más vale estar solo que mal acompañado. Mucho dependerá de las características personales de cada uno en cuanto a su medio social, la educación, el trato y la economía en la que se encuentren. No faltarán los que buscarán de su amistad y a la vuelta de la esquina se encuentre rodeado de sinfín de seudo-amigos que solamente, como despreciables sanguijuelas están para chuparle la sangre o como parásitos vivir a expensas (costillas) de uno.
Son pocos y realmente bendecidos quienes gozan de una verdadera “AMISTAD”.
Cuando las palabras huelgan y se produce un espeso silencio duro de cortar pero que solamente el destello de unos ojos hablan “mutis” un idioma que solo el alma entiende… es allí que hay una verdadera “AMISTAD”.
En el dolor compartido, la tristeza al igual que la alegría sentida en tu corazón como propia sin dejar de ser un espectador, es allí que se va fraguando en el yunque de la vida una amistad de hierro.
Las palabras de una opinión, un consejo e incluso una reprimenda que se derraman en tu ser como gotas de lluvia en el atardecer de un soleado verano, es así como se alimenta una “AMISTAD”.
Por último amigo sea cual fuese tu edad la experiencia de la vida me enseño que uno debe en todo momento atender a una puerta que llama lo que te hará apto para recibir como anfitrión a aquel que busca en tí como el viajante busca el oasis en pleno desierto; mantente atento, preparado y susceptible a escuchar el llamado de aquella o aquel que desea de tu amistad pues ésta puede hallarse a la vuelta de cualquier esquina o simplemente al levantar una piedra que fue escollo.
Estas líneas van dirigidas a todos aquellos que en el pasado, presente y el futuro por venir supieron darme algo con que aprendí a vivir, “GRACIAS” a todos aquellos y los presentes que me acompañan en estos malos momentos.

Martín C. Drot de Gourville Chazarène ©

10-29-2018


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